El otro día, en la receta de las quesadillas mexicanas, ya te hablé de que fui el encargado de hacer una tarta nupcial para una boda muy especial.
Hoy no te traigo una nueva receta, sino una serie consejos, trucos y notas interesantes acerca de cómo hice esta magnífica tarta, que gustó a todos, y más a los novios, a quienes deseo de nuevo lo mejor en su futura vida juntos.
Preparación
Creo que lo primordial antes de empezar con las manos en la masa es una planificación previa para saber qué es lo que queremos conseguir. Lo primero, por supuesto es hablar con los novios para saber qué tipo de tarta es la que querrán en su boda. La tarta, creo yo, es uno de los elementos destacados en las bodas y tanto como el vestido de novia, la tarta tiene que ser perfecta y adaptada al gusto de los novios. Cada uno luego le dará su toque personal, pero hay que seguir las indicaciones de ellos.
Como era la primera tarta nupcial que hacía, quise cuidar al máximo cada mínimo detalle. Fíjate el boceto que hice, con dimensiones, diseño, colores… y que confeccioné con la ayuda de los novios. Querían una tarta de tres pisos, con diferentes alturas, de color blanco con detalles en color ocre, y que la decoración floral fueran margaritas. La decisión de escoger margaritas como las flores de la tarta fue que el ramo de la novia junto con otros detalles de la boda, tomaban su protagonismo de estas flores. Lo tuve muy claro desde el principio, aunque me costó decantarme por un diseño final, pero todo es mucho más fácil si se dibuja.
En total tenía una semana y media para poder hacerla, así que tuve que planificar cada detalle adaptándome a los días disponibles, ¡que no eran muchos! Entre compra de material, hacer flores, cubrir las tartas falsas, la real, hacer el soporte para la tarta, comprar los utensilios de corte… se me iban a ir muchos días. No lo pensé más y me puse manos a la obra.
Compra de material
Teniendo claro qué es lo que se quiere hacer, es necesario comprar el material idóneo para poder empezar nuestra creación. Hice Una lista minuciosa, y en varias ocasiones, hasta que tuve todo el material listo para poder empezar. Todo lo compré en Artynnova, una tienda especializada en productos de pastelería que se encuentra aquí en Sevilla y dónde acudo siempre que tengo que comprar cualquier cosa que necesito. Entre otras cosas, la lista incluía:
- 5kg de fondant blanco
- 1 bote de CMC (luego lo explico)
- Bases redondas de 1cm de altura
- Varios dummies de corcho blanco
- Moldes de silicona para flores y cenefas
El CMC es un polvo blanco que tiene muchas aplicaciones en la cocina, incluso en medicina. Yo lo compré porque mezclado con fondant, nos quedará una estupenda masa para flores que estará muy dura cuando se seque. También sirve para hacer pegamento con el que pude pegar las flores a la tarta y el fondant a los dummies. Puedes ver más información en el enlace de Club de repostería.
Los dummies de corcho son cilindros de corcho blanco que sirven para poder cubrirlos de fondant y que tengan aspecto de tarta de verdad. Efectivamente son tartas de mentira, sólo son decorativas, y sirven para sostener a la tarta de verdad, que es la que iba arriba del todo. Aquí te pongo un video donde puedes ver un ejemplo de cómo se cubre un dummie. Está en inglés, pero es muy fácil sólo con verlo.
Empezando a trabajar
Lo primero que hice fueron las margaritas. Tenía que dejarlas secar durante un día al menos para poder manipularlas así que me dispuse a ello. En total hice 300 margaritas, que coloqué todas en la tarta. ¡Fueron muchas horas! Pero mereció la pena sin duda, pues quedaron perfectas. Para hacerlas utilicé un molde magnífico que compré de la marca Silikomart. Así es muy fácil de hacer, aunque no por ello menos entretenido, pero salen las margaritas muy bonitas, parecían reales. Aquí te pongo un pequeño paso a paso para que veas cómo las hice. Lo compré aquí: http://www.artynnova.com/v1/index.php?lang=&area=1&sel=99&subsel=0&subsubsel=&item=DE88005
Finalmente, las puse a secar en cartones de huevo para que no fuesen planas, sino que tuvieran una forma curvada. También utilicé una esponja que me venía con algún producto electrónico. Me vino de perlas.
Luego comencé a cubrir las tartas falsas con fondant. Primero la inferior, y luego la superior, utilizando pegamento comestible. Lo hice con CMC y agua tal y cómo te dije en el apartado anterior. Si accedes al enlace anterior, está la receta en video para este pegamento.
Una vez cubiertas la base, la tarta del piso inferior y la del piso central, le hice unas muescas horizontales con una regla. Te pongo este truco que me ha venido muy bien.
Finalmente dispuse un piso encima del otro. Los pegué con silicona caliente porque no quería que se fueran a despegar en la vida (y así fue). Luego, con otro molde de silicona para repostería, hice los motivos laterales en color ocre que luego fui pegando con más pegamento comestible.
Otro detalle que hice, es que al piso central, si te has dado cuenta, le puse un brillo perlado. Esto se consigue con un spray que venden que da este efecto. ¡Es como si fuera un grafiti! Es de marca Wilton, y lo venden en muchos sitios. El que yo compré fue este: http://www.artynnova.com/v1/index.php?lang=&area=1&sel=99&subsel=0&subsubsel=&item=DE09876
En total, todos estos pasos me llevaron unos 3 días (también tenía que estudiar un poco) y entonces me dispuse a hacer la parte más difícil. El manto-tela cubierto de margaritas del lateral. Lo tuve claro. Tenía que acostar a la tarta. Si no lo hacía, tenía previsto que el fondant iba a caerse por su propio peso. Preparé un poco de fondant con cmc, para que la consistencia al secarse fuese más dura, y me dispuse a acostar la tarta en dos cojines blanditos para no estropearla ¡éxito total!
Aquí puedes ver una foto que hice con el móvil en momento siesta de tarta. Luego fui pegando margaritas…. y !trabajo terminado!
Ya sólo quedaba hacer la tarta superior, que es la comestible, y llevarla al salón de celebraciones.
La tarta comestible
Esta tarta no tiene ningún misterio. Utilicé la receta que ya usé para los cupcakes de chocolate y avellana, pero en modo tarta. La hice el día justo antes de llevarla al salón, y la cubrí de fondant el mismo día por la mañana. Hacía bastante calor y no quería jugármela.
Fueron un total de 5 bizcochos de chocolate finitos, cubiertos de swiss buttercream de avellanas. Todo esto cubierto con una capa exterior de ganache de chocolate negro, y encima cubierto de fondant blanco.
El adorno de encima del todo fue una cúpula de bizcocho, también cubierta de fondant y más margaritas que, a mi entender, representaba el ramo de la novia. Y vaya si acerté porque era casi igual! Por motivos de privacidad no voy a poner ninguna foto de la boda, pero me alegró mucho que fuese tan similar, y ¡yo no lo había visto siquiera!
Con el calor que hacía se bajó un poco el fondant al cortar, pero nada grave!
El transporte
Este era el tema que más me preocupaba, la verdad. Tenía que saber dónde y cómo iba a estar la tarta antes de que la cortaran.
No me gustaba dejarla sólo con la base inferior, quería que tomara un poco de más altura y fuese más elegante así que me dispuse a diseñar un stand para tarta de madera, que denotara elegancia, pero a la vez sencillez, para no destacar más que la propia tarta.
Tengo la suerte de que en casa somos muy habilidosos y tenemos todo el material necesario tanto de carpintería, como de albañilería o fontanería, así que no me fue muy difícil convencer a mi padre de que me cortara y pegara unas cuantas piezas de madera que formarían el mejor «Cake stand» que he visto nunca. Yo tuve que barnizarlo, y cuando quedó terminado me sentí muy satisfecho porque era exactamente igual al diseño que tenía en mente. ¡Precioso!
Para llevarlo al salón de celebraciones tuvimos que ser tres personas: uno conducía, otro llevaba la parte inferior de la tarta, y otro la parte superior. Allí mismo las monté y terminé de colocar unas cuantas de margaritas para completar el diseño.
Como puedes ver, en la base de la tarta se encontraba una bolsa de tela (que también hicimos en casa) dónde iba un cuchillo/pala para tarta con los nombres de los novios grabados. Despiste por mi parte no haberle hecho foto, pero me consta que les encantó.
Conclusión final
Quedé muy satisfecho con el resultado final, la verdad. Teniendo en cuenta que nunca había hecho este trabajo antes, quedó muy bonito y gustó a todos.
Está claro que tuve muchos problemas, pero supe corregirlos y salir adelante para conseguir mi objetivo final, que era hacer la más bonita tarta de bodas.
Espero que te haya gustado mi crónica, y como siempre,
un saludo para quién esté al otro lado.